Hacer amigos en otro país: Una guía realista para conectar sin perderte a ti mismo: Por Psicóloga Karina Damen Herrera
Psicóloga en NL | Experta en Integración Transcultural , Relaciones Interculturales y Desarrollo Personal y Profesional
Migrar es empezar desde cero, también en lo afectivo. ¿Cómo se construyen amistades reales en un entorno cultural nuevo, sin perder tu identidad en el intento?
La amistad en la migración: una necesidad emocional real
Cuando una persona migra, no solo deja atrás su lugar de origen: también pierde referencias sociales, formas conocidas de comunicarse y vínculos que le daban contención. En medio del duelo migratorio, la necesidad de conexión humana se vuelve más urgente. Pero hacer amigos en otro país —especialmente cuando hay diferencias culturales marcadas— no siempre es fácil.
Desde la psicología transcultural, sabemos que las formas de vincularse cambian según el contexto cultural, y que migrar implica aprender nuevos códigos sociales, nuevas maneras de confiar y compartir.
1. No todas las culturas entienden la amistad igual
Lo que para ti significa “ser buen amigo”, para otra persona puede no tener el mismo valor o forma. En algunos contextos, la amistad se construye lentamente y requiere tiempo; en otros, es más abierta pero menos profunda. Entender esto evita frustraciones y te ayuda a adaptarte sin dejar de ser tú.
2. Vas a tener que dar el primer paso más veces de lo que quisieras
No siempre van a buscarte. No porque no les intereses, sino porque muchas personas ya tienen su círculo armado o simplemente no saben cómo acercarse. En estos casos, la iniciativa tiene que salir de ti. Proponer un café, una conversación o unirse a una actividad puede ser el comienzo de algo importante.
3. Busca espacios donde la convivencia surja de forma natural
Los vínculos se construyen con repetición y propósito compartido. Actividades grupales, voluntariados, talleres o incluso espacios comunitarios pueden ser terreno fértil para conocer gente sin forzar situaciones.
4. Las relaciones profundas toman tiempo. Y eso está bien
Al inicio, es probable que tengas vínculos más funcionales que emocionales. No te sientas mal por eso. La confianza se construye con constancia, respeto y experiencias compartidas. Lo importante es no rendirse ante la primera decepción.
5. Los pequeños gestos también cuentan
No subestimes la importancia de un saludo amable, una conversación casual con alguien en el barrio, o el vínculo con una persona mayor que te escucha sin juzgar. Esos vínculos “menores” pueden ser claves para sostenerte emocionalmente.
6. No te olvides de ti en el proceso
Quizás el punto más importante: no puedes conectar sanamente con otros si estás desconectado de ti mismo. Migrar remueve tu identidad. Por eso, cuidar tu salud mental, hablarte con compasión y cultivar el amor propio no es un lujo: es una necesidad. Cuanto más te aceptas y te sostienes a ti mismo en este nuevo contexto, más libre estás para conectar con los demás sin depender ni disolverte.
No estás solo. Y sí, es posible volver a construir vínculos que te sostengan, incluso lejos de casa.
Si deseas más información o te gustaría trabajar este tema, contacta conmigo.
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👩⚕️ Psicóloga Karina Damen
Especialista en migración, relaciones interculturales y bienestar emocional
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